Una interpretación de la heráldica de la techumbre de la iglesia del convento de Santa Clara en Salamanca.
viernes, 17 de marzo de 2023
El infante Fernando "el Portugués"
jueves, 16 de marzo de 2023
Reinas de León II
- En el centro, rodeado de unos
motivos que parecen flores invertidas, un emblema de plata y sable análogo al que
enfrente representaba a Berenguela, cuartelado, pero en el que los leones son
fajas de sable y los castillos flores de lis, emblema de reinas
leonesas, como ya hemos visto anteriormente. Es la nueva metamorfosis de
Berenguela, que consigue, por medio de la misma, dos cosas: ubicarse justo por encima de
los emblemas de la ciudad de Salamanca, reivindicando así su señorío sobre la
misma, y, al mismo tiempo, al ser el lienzo un reflejo del anterior, colocarse justo enfrente del emblema que representa a Urraca de Portugal, reivindicándose también como reina principal de León a pesar de lo que hubiera sentenciado el papa de Roma.
miércoles, 15 de marzo de 2023
Reinas de León I
En el lineal superior del primer lienzo del arrocabe izquierdo podemos ver
cinco emblemas, siendo el primero y el último, como ya hemos dicho, representaciones de la reina Berenguela y
los tres intermedios representaciones de las otras tres reinas de León que viven en el
año 1204. Las cuatro protagonistas no se presentan en duelo por Mafalda, éste
se reflejará en el arrocabe derecho, en el lienzo enfrentado, el que
contiene los emblemas que se identificaron en su día como de la familia Rodríguez de las Varillas y que nosotros creemos que son los emblemas más antiguos conservados que identifican a la ciudad de Salamanca.
De derecha a izquierda observamos, en primer lugar, un emblema cuartelado de Castilla y de León al que se aplica una primera transformación: los leones son de color negro y miran hacia atrás, indicando el sentido en el que avanza la historia y el tiempo. Es el estado de Berenguela a comienzos de 1204, la casilla de salida del conjunto iconográfico. En ese primer momento es ya una reina en duelo por León ya que en 1202 falleció, a la edad de cuatro años, su hija Leonor, la que fue, hasta el nacimiento de su hijo Fernando, la heredera del reino leonés.
- Urraca de Portugal (1148-1218?): centrada entre dos grandes motivos florales, a modo de trono, lo que indica que es la reina más importante en ese momento, la que ejerce como tal. A pesar de que su matrimonio con Fernando II de León (1137-1188) fue anulado por el papa Alejandro III en junio de 1175, la pareja pudo engendrar un heredero, Alfonso IX, nacido en Zamora en 1171. Nunca dejó de utilizar su título de reina, más aun cuando, fallecido el que fue su marido, pasó a ser la reina madre. Se la representa con cinco flores de lis de oro en campo de gules. Las flores de lis son emblema de realeza leonesa en general y de reinas en particular, de hecho, en su sello personal se representa a sí misma con una flor de lis en su mano izquierda. En cuanto al número de flores, la interpretación general de la decoración de la techumbre nos lleva a pensar que, para distinguirla de otras reinas leonesas, se incluyeron cinco para relacionar este emblema con otro que contiene cinco piñas y que representa la descendencia de Alfonso IX y sus dos esposas, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla. Urraca de Portugal era la abuela de todos esos vástagos, así que entendemos que con las cinco flores se la representa como la abuela del futuro rey de León, fuera cual fuera la línea de sucesión que finalmente se impusiera. Una forma de considerar a todos sus nietos con los mismos derechos y, en cualquier caso, mostrarla como tronco común de todos ellos.
Otra explicación que podemos ofrecer para el número de flores de lis es que en los documentos del siglo XII se habla de "rey/reina de Asturias, Galicia, León, Salamanca y partes de Extremadura", así que, cinco territorios, cinco veces monarca y, en consecuencia, cinco flores de lis en el escudo.
Este emblema, siglos más tarde, se lo apropiaría el linaje salmantino de los Maldonado y lo convertiría en su escudo de armas, al que acompañarían con una disparatada leyenda que cuenta que un antepasado de la familia, un tal Hernán Pérez de Aldana, le ganó las cinco flores de lis al rey de Francia tras vencer en un duelo al duque de Normandía.
Mafalda de Castilla
El año 1204 resultó especialmente aciago para las mujeres castellanas descendientes de Leonor de Aquitania. Al fallecimiento de la muy querida y admirada matriarca se
sumó la anulación papal del matrimonio entre los reyes de León, Berenguela y
Alfonso IX. Por si esto fuera poco, Mafalda, infanta de Castilla y hermana de
Berenguela, falleció en la ciudad de Salamanca a los trece años de edad y en
circunstancias que no han quedado aclaradas para la Historia. Parece ser que hasta la anulación matrimonial de
Berenguela ambas hermanas habían convivido durante un tiempo en la corte de León, en espera de
que se hiciera efectivo el compromiso matrimonial de la joven con el heredero del trono, el infante
Fernando, conocido como “el Portugués”, hijo de Alfonso IX y de su primera esposa,
Teresa de Portugal, cuyo matrimonio también había sido anulado.
A continuación, y a modo de doble paréntesis, comienza otro lineal diferente, el de los padres de Mafalda, los reyes de Castilla, que muestran el terrible dolor que se sufre al perder una hija. El duelo se representa por medio del castillo de Alfonso VIII, igual al que aparece esculpido en su sepultura en el Real Monasterio de Las Huelgas de Burgos, y un león de oro, que representa a Leonor Plantagenet, hija de Leonor de Aquitania. Ambos aparecen en tonos oro, sin embargo, en comparación con el lienzo de Berenguela, los campos se han trastocado en sable (negro), en señal de luto, y las formas, polilobuladas allí, son aquí más austeras: apenas un círculo y un cuadrado.
El león de Aquitania mira hacia la trasera de la iglesia, hacia la muerte de Mafalda, pero también invita al espectador a dirigirse hacia atrás antes de continuar el recorrido visual por la techumbre. Para resolver la posible incongruencia de tener la representación de una reina tan devota de espaldas al altar, se colocó un emblema de santo Tomás de Canterbury, una chova piquirroja en campo de plata, justo enfrente del león, en el arrocabe trasero de la armadura.
El lugar en el que ocurre la luctuosa escena parece que se desvela en el lienzo paralelo, justo enfrente, en el lado derecho. Allí aparecen un emblema con cuatro palos de gules y tres emblemas con tres palos del mismo color en campo de oro y con bordura azur de cruces en oro. En principio, podríamos pensar que representan a la famosa familia salmantina Rodríguez de las Varillas, por la semejanza con sus armas, pero a mediados del siglo XIII las familias salmantinas no tenían blasones, simplemente no había comenzado esa moda. Además, las cruces de este emblema no tienen la forma de la cruz de Jerusalén, la que lleva la bordura de las armas de los Rodríguez de las Varillas para dar cuenta de que su antepasado imaginario, el conde Vela, participó en la primera Cruzada.
No sabemos a quién o qué representa este emblema, quizá sea un temprano escudo de Salamanca en la primera mitad del siglo XIII, pero de lo que estamos convencidos es de que los Rodríguez de las Varillas, al igual que los Maldonado, utilizaron la decoración de esta techumbre como inventario para elegir el que iba a ser su blasón familiar llegado el siglo XV y que, por supuesto, lo explicaron con una leyenda familiar relacionada, ni más ni menos, que con Tierra Santa y con una supuesta descendencia ilegítima del rey de Aragón.
lunes, 13 de marzo de 2023
El reino de León en 1204
Las reinas eran:
- Urraca de
Portugal, que, fallecido Fernando II y ocupado el trono por su hijo en 1188, regresa a
León haciendo públicamente uso de su título de reina madre, compaginando el mismo con
su ingreso como freira en la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Tras la separación de la portuguesa, Fernando II se casó con la noble gallega Teresa Fernández de Traba, pero en 1204 tanto la segunda esposa del rey como su descendencia ya habían fallecido, lo que dejó paso a...
- Urraca López de Haro, la tercera esposa y viuda de Fernando II de León. Tras años como amantes y con tres hijos de por medio, contrajeron matrimonio nueve meses antes de que él falleciera. De este modo, Urraca López consiguió que el único hijo varón superviviente de los tres tenidos con el rey, Sancho Fernández de León, fuera reconocido como legítimo.
- Teresa de Portugal, sobrina de Urraca de Portugal y primera esposa de Alfonso IX que, tras la anulación de su matrimonio, se había retirado al país vecino con su hija Dulce, dejando a su hija Sancha y a su hijo Fernando al cuidado de su padre en el reino de León.
- Berenguela de Castilla, la segunda esposa de Alfonso IX, que, tras la muerte en 1202, con apenas cuatro años, de su hija primogénita, Leonor, andaba por aquel entonces inquieta ante la posibilidad de que el papa Inocencio III anulara su matrimonio y los cuatro hijos que le quedaban (Constanza, Fernando, Alfonso y Berenguela) fueran declarados ilegítimos.
- La del único descendiente vivo de Urraca López de Haro, Sancho Fernández de León que, oficialmente, será la única línea de sucesión legítima cuando se anulen los dos matrimonios de Alfonso IX y hasta el año 1218, cuando el papa acepte lo acordado en el Tratado de Cabreros (26 de marzo de 1206). Durante su breve matrimonio, Urraca López de Haro había conseguido que su esposo desterrara a Portugal al primogénito, el por entonces infante Alfonso, y que declarara heredero a su hijo. Sin embargo, la falta de apoyos tras la muerte del monarca hizo que Alfonso IX fuera proclamado como el nuevo rey, aunque Urraca no dejó de reclamar los derechos de su hijo. La familia Haro, con el hermano de Urraca, Diego López II de Haro, al frente, había sido una de las más relevantes en la corte castellana. Cuando su hermana se desposó con Fernando II, se pusieron al servicio del rey de León, sin embargo, fallecido Fernando II y proclamado rey Alfonso IX, regresaron todos a Castilla donde, en principio, fueron bien recibidos de vuelta por Alfonso VIII.
- Los últimos en llegar fueron los hijos de Berenguela de Castilla, al frente de los cuales estaba Fernando "el Castellano", futuro Fernando III de Castilla en 1217 y de León en 1230. Al igual que la anterior, esta línea de sucesión también fue declarada ilegítima por la sentencia de anulación matrimonial de 1204, aunque unos años después, en 1218, obtendría el reconocimiento papal.
Por otra parte, el matrimonio de Berenguela y el nacimiento de sus hijos debieron ser el detonante para que su padre y su marido, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León respectivamente, pactaran hacer frente común frente a las aspiraciones de Urraca López de Haro, atacando los señoríos y castillos de Aguilar y Monteagudo, que ésta había recibido como arras por su matrimonio con Fernando II. Esta hostilidad de los dos monarcas hacia su hermana provocó que Diego López II de Haro renegara de Alfonso VIII ("se desnaturara", se decía en la época) y se refugiara en la ciudad de Estella, donde fue atacado y finalmente sitiado por el rey castellano. No obstante, Alfonso VIII debió darse cuenta de lo imprescindibles que resultaban sus servicios y, aunque el exilio de don Diego duraría de 1201 a 1206, ya en 1204 el rey declaraba injusto el trato que había dado a los Haro.
Como puede suponerse, dada esta compleja situación, cualquier cambio que se produjera en el reino de León en esos primeros años del siglo XIII podía resultar desestabilizador...
Legítimo es el fruto de tu vientre
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