martes, 31 de octubre de 2023

Noche de difuntos en Las Huelgas de Burgos

Nos gusta pensar que cuando María del Pilar Barrigón Montañés empezó a documentar su tesis doctoral "Vestirse para la muerte en el panteón de Las Huelgas de Burgos: cultura textil en la Castilla plenomedieval. Un estudio del ajuar de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet (†1214)" su impresión debió de ser que los muertos habían estado de fiesta la noche anterior y que, al llegar la madrugada y escuchar pasos, cada uno se había metido en la sepultura que le caía más cercana cogiendo la ropa que tenía más a mano. Y es que esta próxima noche, que será la de difuntos, os queremos contar que, probablemente, y según cantaba el grupo Mecano, no hay cementerio menos serio que el del Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas.


Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas.


Sepulcros de Leonor Plantagenet y Alfonso VIII.

Por ejemplo, la protagonista de nuestras investigaciones, Berenguela la Grande, ha cambiado de lugar de descanso, si así puede llamarse a la mudanza constante, en al menos cuatro ocasiones. En primer lugar debió de estar en un lugar transitorio para conseguir que su cuerpo perdiera la humedad y mal olor antes de ser depositado en un sepulcro. El monasterio precisaba para este fin de un pudridero, que así es como se denomina al recinto o la estancia que para este menester existe aún en el monasterio de El Escorial; allí pasan los cadáveres de los reyes y reinas entre veinticinco y cuarenta años. Nadie sabe dónde estaba aquel primitivo pudridero real burgalense, tal vez en la capilla de la Asunción, aunque muchos opinan que hacia las veces del mismo las Claustrillas, la construcción más antigua del monasterio. Lo que sí han llegado hasta nosotros son un buen número de las estelas funerarias que, seguramente, se colocaban sobre aquellas sepulturas provisionales. Muchas presentan emblemas labrados iguales a los que podemos ver pintados en el arrocabe la techumbre de la iglesia del convento de Santa Clara de Salamanca: la flor de lis aislada o en un grupo de cinco, la banda o las cinco estrellas de ocho puntas. Esta coincidencia quizá nos permita identificar las estelas que en su día se colocaron sobre las sepulturas de Alfonso VIII, Leonor Plantagenet, Berenguela o Beatriz de Suabia.


Emblema que en la techumbre de la iglesia de las Claras representa a la reina de León y estela funeraria de Las Huelgas que probablemente estaba colocada en el primer enterramiento de la reina Berenguela.


Emblema con flor de lis y estela funeraria con la misma decoración que pensamos que pertenecen a Leonor Plantagenet, reina de Castilla y madre de Berenguela.



Emblema y estela funeraria mostrando cinco estrellas de ocho puntas. La estrella de ocho puntas es un motivo que aparece en las epifanías medievales, es la estrella de Belén, símbolo de la fe y de la defensa de la Cristiandad, lo que nos lleva a pensar que esta estela funeraria conservada en Las Huelgas quizá perteneciera a la primera sepultura del rey Alfonso VIII, el vencedor de las Navas de Tolosa, el padre de Berenguela.


Emblema que en la techumbre representa a la fallecida reina Beatriz de Suabia y estela funeraria de Las Huelgas con una cruz flordelisada y el mismo emblema repetido dos veces. Beatriz de Suabia fue sepultada primero en Burgos y tiempo después su hijo Alfonso X trasladó su cadáver a la catedral de Sevilla. 

Tras pasar por ese proceso natural, tomando, como decía el cronista Juan de Osma, "el camino que ha de seguir toda carne", el cuerpo se trasladaba a un sepulcro emplazado en el interior del monasterio. Los restos de Berenguela se trasladaron a un sepulcro que a día de hoy carece de decoración, pero que en su momento debió de estar decorado profusamente con pinturas. La cal esparcida en tiempos de peste terminó con cualquier atisbo de color.

Años después, a su nieta Berenguela, hija de Alfonso X y Violante de Aragón, se le hacía poco aquella sepultura para una reina conocida como la Grande, así que dispuso el traslado de su abuela a un nuevo sepulcro mucho más decorado y rico escultóricamente hablando. Pero tras fallecer y pasar por el pudridero la nieta, alguien decidió devolver a Berenguela abuela a su sepulcro original y enterrar en el nuevo a quien lo había encargado, la nieta del mismo nombre. Si visitáis Las Huelgas, podéis ver los sepulcros de ambas, nieta y abuela, emplazados muy cerca de las sepulturas de Alfonso VIII y Leonor Plantagenet para los que, por cierto, también existe la duda al respecto de si sus restos han pasado por uno, dos o tres lugares diferentes.


Sepulcro de la reina Berenguela de León y de Castilla (1180-1246). 

Si todo este ajetreo os parece poco, durante la Guerra de Independencia los soldados franceses se dedicaron a abrir los sepulcros en busca de joyas y después metieron los restos humanos y la ropa al buen tuntún. De esta forma, los estudios posteriores se han dedicado a adivinar de qué muerto era cada ropaje y ajuar: "si Alfonso VIII lleva unas vestiduras de color azul, lo mismo esta camisa es suya, este cinturón de aquí tiene su mitad en aquel otro y la manga que falta a esta casulla puede que sea aquella que aparece junto al calzón del sepulcro del fondo".


Cofia con la que fue enterrado el infante Fernando de Castilla, hermano de Berenguela, fallecido en Madrid en 1211.

Y todo lo anterior sin hablar del traslado de sepulcros de nave en nave y de capilla en capilla y de las constantes aperturas para realizar diversas investigaciones, ocurriendo que durante una de ellas se dejaron dentro de uno de los sepulcros una caja de cerillas de 1870, suponemos que por si el fallecido precisaba de un poco de luz allí dentro.

En fin, que resulta una verdadera lástima que las piedras no hablen porque las de Las Huelgas podrían contarnos un montón de cosas que no sabemos. Lo que sí se da es la enorme casualidad de que algunas estelas funerarias que se conservan en lo que fue el hogar de Berenguela y algunos emblemas que decoran nuestra techumbre salmantina, cuyo diseño atribuimos a la misma monarca, coinciden de manera sorprendente. Aunque, pensándolo bien, no nos parece tan sorprendente ya que, si por un lado creemos que Berenguela fue la diseñadora de la decoración de la armadura, por otro sabemos con seguridad que fue ella la encargada de organizar los sepelios de todos estos miembros de su familia en el monasterio de las Huelgas: 

- Su hija primogénita, Leonor, en 1202.
- Su hermana Mafalda en 1204.
- Su hermano Fernando, heredero del trono castellano, en 1211.
- Sus padres, Alfonso VIII y Leonor Plantagenet, en 1214.
- Su hermano Enrique, rey de Castilla, en 1217. 
- Su hermana Leonor, en 1221.
- Su nuera, Beatriz de Suabia, en 1235.
- Su nieta Leonor, hija de Fernando III y Beatriz de Suabia, nacida en 1225 y fallecida en su juventud en una fecha desconocida.
- Su hija Constanza, religiosa en Las Huelgas, en 1242. 
- Su hermana Constanza, abadesa de Las Huelgas, en 1243.


Cofia con la que fue enterrado el rey Enrique I de Castilla, fallecido en 1217. La pregunta que nos surge es por qué Berenguela enterraría a su hermano con una cofia decorada supuestamente con el emblema de la familia Lara, sus peores enemigos en ese momento. El rey niño murió en Palencia cuando estaba bajo la custodia de los Lara, así que se piensa que la cofia se la pusieron ellos, pero lo normal es que Berenguela se la hubiera quitado y cambiado por otra cuando sepultó a su hermano en Burgos.


*Los dibujos de las estelas funerarias de las Huelgas han sido extraídos del artículo "Estelas medievales del monasterio Cisterciense de las Huelgas de Burgos", cuyo autor es Joan Menchon. 

Una techumbre flordelisada - parte I

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