Las reinas eran:
- Urraca de
Portugal, que, fallecido Fernando II y ocupado el trono por su hijo en 1188, regresa a
León haciendo públicamente uso de su título de reina madre, compaginando el mismo con
su ingreso como freira en la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Tras la separación de la portuguesa, Fernando II se casó con la noble gallega Teresa Fernández de Traba, pero en 1204 tanto la segunda esposa del rey como su descendencia ya habían fallecido, lo que dejó paso a...
- Urraca López de Haro, la tercera esposa y viuda de Fernando II de León. Tras años como amantes y con tres hijos de por medio, contrajeron matrimonio nueve meses antes de que él falleciera. De este modo, Urraca López consiguió que el único hijo varón superviviente de los tres tenidos con el rey, Sancho Fernández de León, fuera reconocido como legítimo.
- Teresa de Portugal, sobrina de Urraca de Portugal y primera esposa de Alfonso IX que, tras la anulación de su matrimonio, se había retirado al país vecino con su hija Dulce, dejando a su hija Sancha y a su hijo Fernando al cuidado de su padre en el reino de León.
- Berenguela de Castilla, la segunda esposa de Alfonso IX, que, tras la muerte en 1202, con apenas cuatro años, de su hija primogénita, Leonor, andaba por aquel entonces inquieta ante la posibilidad de que el papa Inocencio III anulara su matrimonio y los cuatro hijos que le quedaban (Constanza, Fernando, Alfonso y Berenguela) fueran declarados ilegítimos.
- La del único descendiente vivo de Urraca López de Haro, Sancho Fernández de León que, oficialmente, será la única línea de sucesión legítima cuando se anulen los dos matrimonios de Alfonso IX y hasta el año 1218, cuando el papa acepte lo acordado en el Tratado de Cabreros (26 de marzo de 1206). Durante su breve matrimonio, Urraca López de Haro había conseguido que su esposo desterrara a Portugal al primogénito, el por entonces infante Alfonso, y que declarara heredero a su hijo. Sin embargo, la falta de apoyos tras la muerte del monarca hizo que Alfonso IX fuera proclamado como el nuevo rey, aunque Urraca no dejó de reclamar los derechos de su hijo. La familia Haro, con el hermano de Urraca, Diego López II de Haro, al frente, había sido una de las más relevantes en la corte castellana. Cuando su hermana se desposó con Fernando II, se pusieron al servicio del rey de León, sin embargo, fallecido Fernando II y proclamado rey Alfonso IX, regresaron todos a Castilla donde, en principio, fueron bien recibidos de vuelta por Alfonso VIII.
- Los últimos en llegar fueron los hijos de Berenguela de Castilla, al frente de los cuales estaba Fernando "el Castellano", futuro Fernando III de Castilla en 1217 y de León en 1230. Al igual que la anterior, esta línea de sucesión también fue declarada ilegítima por la sentencia de anulación matrimonial de 1204, aunque unos años después, en 1218, obtendría el reconocimiento papal.
Por otra parte, el matrimonio de Berenguela y el nacimiento de sus hijos debieron ser el detonante para que su padre y su marido, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León respectivamente, pactaran hacer frente común frente a las aspiraciones de Urraca López de Haro, atacando los señoríos y castillos de Aguilar y Monteagudo, que ésta había recibido como arras por su matrimonio con Fernando II. Esta hostilidad de los dos monarcas hacia su hermana provocó que Diego López II de Haro renegara de Alfonso VIII ("se desnaturara", se decía en la época) y se refugiara en la ciudad de Estella, donde fue atacado y finalmente sitiado por el rey castellano. No obstante, Alfonso VIII debió darse cuenta de lo imprescindibles que resultaban sus servicios y, aunque el exilio de don Diego duraría de 1201 a 1206, ya en 1204 el rey declaraba injusto el trato que había dado a los Haro.
Como puede suponerse, dada esta compleja situación, cualquier cambio que se produjera en el reino de León en esos primeros años del siglo XIII podía resultar desestabilizador...