jueves, 20 de abril de 2023

La gran Leonor de Aquitania, dueña de su destino

La protagonista indiscutible de la techumbre en su arrocabe trasero es Leonor de Aquitania y, aunque de ella podríamos hablar largo y tendido, vamos a ofrecer simplemente unas pinceladas biográficas que nos vendrán bien para comprender el porqué de su representación en esta joya del patrimonio salmantino.

Leonor, hija del duque de Aquitania, nació en la ciudad de Poitiers (para otros autores en Burdeos) allá por el año 1122. Era hija Guillermo X de Aquitania, hijo, a su vez, de Guillermo IX, el Trovador, uno de los condes y duques franceses con gran poder de los que hablamos en la entrada anterior. Su madre, Aenor de Châtellerault, dio al duque Guillermo un hijo y dos hijas. Fallecido el único hijo varón, Leonor, cuyo nombre significa “la otra Aenor”, pasó a ser la heredera. Para una mujer de su época recibirá una educación amplísima en materias tan dispares como Aritmética, Historia, Música, Literatura y también Artes Ecuestres y de Cetrería.

En 1137, siguiendo la tradición familiar, Guillermo X decidió viajar en peregrinación a Santiago de Compostela, recorriendo el conocido desde antiguo como “Camino de las Estrellas”, el Camino Francés, que nacía en sus territorios de la Gascuña. Llegado a Santiago, cuenta la versión más extendida que durante los oficios de Viernes Santo perdió la consciencia y falleció [1].

Se convertía así Leonor en una de las personas más poderosas de toda Francia y, en consecuencia, en la soltera más codiciada de Europa. Sin embargo, su padre consignó por escrito su deseo de que se casase con el heredero del trono francés, el futuro Luis VII. Las versiones son dispares y van desde las que dan a Leonor por engañada -ya que el enlace beneficiaba indudablemente al monarca al agrandar sus dominios- a las que dan a Leonor por falsificadora del documento, puesto que ella se reservaba el control de sus ducados y condados en vida y ganaba para sí el título de reina.

Aquel matrimonio no funcionó, en parte porque, a una mentalidad abierta y trovadoresca como la de Leonor, el comportamiento tremendamente mojigato de Luis le pareció equivalente a haberse casado “con un monje” [2]. Así que al final, parece que de común acuerdo y con la excusa de no tener heredero varón, lograron que el papa anulara su matrimonio.


Encuentro entre Luis VII de Francia y Enrique II de Inglaterra, reyes que fueron ambos esposos de Leonor de Aquitania. 

Pocas semanas después, Leonor de Aquitania se casó con el que, en breve, sería Enrique II de Inglaterra, monarca con el que dio comienzo la dinastía Plantagenet. Leonor conseguía así ostentar de nuevo el título de reina y Enrique añadir a sus territorios de Inglaterra, Normandía y Anjou todos los que aportaba Leonor: Aquitania, Poitou y Gascuña.

De gules, un leopardo de oro, armado y lampasado de azur, el escudo del ducado de Aquitania. 

Aquel matrimonio pareció funcionar bien en un primer momento, pero unos años después las cosas se fueron torciendo, revelándose Leonor como una mujer totalmente independiente para lograr sus propios fines. Además, la existencia de una amante provocó el enfrentamiento entre Leonor y Enrique, y a partir de 1173 la reina promovió el enfrentamiento de tres hijos del rey contra su padre. Tras reprimir la rebelión, el rey encarceló a Leonor, primero en Chinon (Francia) y luego en Salisbury (Inglaterra), y no fue liberada hasta la muerte de Enrique II en 1189.




Fresco que se conserva en el castillo de Chinon y que muestra a Leonor de Aquitania cabalgando junto a dos escuderos y a su hijo Juan sin Tierra y la segunda esposa de éste, Isabel de Angulema. 

Fallecido su marido, el trono de Inglaterra lo heredó su hijo mayor, el preferido, el conocido como Ricardo Corazón de León y, a la muerte de éste en 1199, su hijo menor, del que parece que no tenía tan buen concepto, Juan I de Inglaterra, apodado Juan sin Tierra. Se obviaba así el derecho legítimo de Arturo y Leonor de Bretaña, los hijos del hijo mediano, Godofredo, ya fallecido, a heredar el reino.


Ricardo I siendo ungido durante su coronación como rey en la abadía de Westminster, Londres. Ilustración de una crónica del siglo XIII. Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra fueron tíos carnales de Berenguela de León y de Castilla. 

Durante su viudez Leonor actuó como verdadera reina en nombre de sus hijos monarcas, organizando el gobierno y estableciendo varias alianzas matrimoniales muy relevantes para la interpretación de ciertos emblemas que exhibe nuestra techumbre. Todo ello es muy revelador de su carácter y permite extraer otra conclusión sobre la que queremos ir llamando la atención: el paralelismo, salvando las distancias, entre las vidas de Leonor y la de sus nietas Berenguela de Castilla y Blanca de Francia, que también jugaron un papel muy importante como reinas con auténtica capacidad de gobierno y como hábiles negociadoras políticas [3].


Descendencia de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania. 


Sepulcros de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania en la abadía de Fontevraud, localizada cerca de la ciudad de Chinon, en el condado de Anjou. 

Leonor de Aquitania ya se había encargado personalmente de concertar los detalles de la boda de su hija homónima con Alfonso VIII de Castilla, lo que beneficiaba la estabilidad de los territorios que por nacimiento eran de su propiedad, Aquitania y Gascuña. Además, una vez viuda, viajó a Pamplona para concertar el matrimonio de la princesa Berenguela de Navarra con su hijo Ricardo, llevándosela posteriormente para celebrar la boda en la isla de Chipre. Seguramente, Leonor también influyó en el precipitado matrimonio de su hijo Juan con Isabel de Angulema y, casi octogenaria, viajó hasta Castilla para llevarse a una de sus nietas, Blanca, y convertirla en la futura reina de Francia. Esta última actuación es muy reveladora del concepto de imperio familiar que tenían Leonor y después también sus descendientes y es a esto precisamente a lo que dedicaremos la entrada siguiente.

[1] ORS, J., Eva García Sáenz de Urturi, “Un Planeta para el Año Jacobeo”, 2021. Disponible en: Eva García Sáenz de Urturi, un Planeta para el Año Jacobeo (larazon.es) el 14/04/2023

[2] Markale, J., La vida, la leyenda, la influencia de Leonor de Aquitania. Reina de Francia, de Inglaterra, dama de los trovadores y bardos bretones, Editorial: Jose J. de Olañeta, Palma de Mallorca, 1999. Pág 25.

[3] COBOS RODRIGUEZ, A. Las Monarcas como Embajadoras: Leonor de Aquitania y Berenguela de Castilla 2022. Disponible en Las Monarcas como embajadoras: Leonor de Aquitania y Berenguela de Castilla (I) - ArqueoTimes.es y Las Monarcas como embajadoras: Leonor de Aquitania y Berenguela de Castilla (II) - ArqueoTimes.es el 14/04/2023.

Una techumbre flordelisada - parte I

Contando que la decoración de la techumbre medieval del convento de Santa Clara nos "habla" de hechos acaecidos en los reinos de L...