Según nuestra interpretación de los emblemas heráldicos que decoran la armadura de la iglesia del convento de Santa Clara de Salamanca y, tal como se contó en la entrada de este Blog cuyo título es "Juana de Ponthieu, la segunda esposa de Fernando III", en los lienzos VI tanto del arrocabe derecho como del izquierdo aparecen unos emblemas que representan a esta reina y a los hijos que tuvo durante su matrimonio con el rey de Castilla y de León. Este matrimonio, que duró de 1237 a 1252, año éste último de la muerte del monarca, tuvo como fruto cinco hijos, aunque solamente llegaron a la vida adulta dos niños y una niña, que, siendo hijos de una segunda esposa, pocas opciones tenían de reinar, aunque Leonor, la niña, terminaría convirtiéndose en reina de Inglaterra.
Emblema que en la techumbre de la iglesia del convento de Santa Clara de Salamanca representa, según nuestra interpretación, a la reina Juana de Ponthieu, segunda esposa de Fernando III de Castilla y de León. El palo de gules podría representar al rey y los cinco roeles negros a los hijos que tuvo con él: Fernando, Leonor, Luis, Simón y Juan.
Simón murió durante su juventud y Juan en el momento de su nacimiento, son los dos roeles que faltan ya que el matrimonio real pasa de tener cinco hijos a tener tres. El palo se convierte en banda y en barra, símbolo de luto.
Armas de la reina viuda Juana cuando se convirtió en condesa de Ponthieu y que conservan la banda y los roeles del emblema con el que se la representa en la armadura de la iglesia del convento de Santa Clara, pero tornadas en gules y oro respectivamente, colores de los Plantagenet y de Castilla.
En efecto, Leonor de Castilla, nacida en Burgos en 1241, uno de esos puntitos negros del emblema que su abuela Berenguela elegió para representar a su madre, Juana de Ponthieu, se casó el 18 de octubre de 1252 en el monasterio de Las Huelgas con el príncipe Eduardo de Inglaterra, futuro rey Eduardo I. La intención original de este matrimonio era sellar la paz entre Enrique III de Inglaterra, padre de Eduardo, y Alfonso X de Castilla y de León, medio hermano de Leonor, por la posesión del condado de Gascuña, en litigio desde que la hija de Enrique II de Inglaterra, Leonor Plantagenet, la llevó en dote al casarse con Alfonso VIII de Castilla en 1170.
Eduardo I de Inglaterra y Leonor de Castilla en un manuscrito de principios del siglo XIV procedente de la catedral de Rochester.
A pesar de que se trató del habitual matrimonio convenido entre reinos, parece que Leonor y Eduardo se enamoraron locamente uno del otro, hasta el punto de que fueron juntos a hacer la Novena Cruzada, durante la cual la princesa salvó la vida de su esposo succionando el veneno de una víbora que le había mordido en el tobillo. Fue a la vuelta de esa aventura en Tierra Santa, en 1272, cuando fueron proclamados reyes de Inglaterra.
Eduardo I de Inglaterra y Leonor de Castilla representados en la catedral de la ciudad inglesa de Lincoln.
Leonor murió el 28 de noviembre de 1290 en Harby, condado de Lincolnshire, a los cuarenta y nueve años de edad, y fue sepultada en la Abadía de Westminster. En su camino de Harby a Londres, el desconsolado monarca ordenó que en cada parada del real cortejo hasta la morada final de la reina Leonor se erigiera una cruz conmemorativa, elevándose doce de estas cruces, de las que sólo se conservan tres de ellas en su versión original, las de Geddington, Hardingstone y Walthan. Son las conocidas como Cruces de Leonor, de las que la más conocida es la de Charing Cross, ese cruce de caminos por el que transitan tantos turistas españoles sin percatarse de que por allí pasó el cortejo fúnebre de una hija de Fernando III de Castilla y de León que llegó a ser reina de Inglaterra.
Cruz de Leonor en Charing Cross (Londres), aunque no se trata de la original de finales del siglo XIII, sino de la que se construyó para reemplazarla durante el reinado de la reina Victoria.
Cruz de Leonor en Geddington, una de las tres originales que se conserva.
La reina inglaterra Leonor de Castilla fue embalsamada y sus vísceras se intrujeron en un sepulcro en la catedral de Lincoln. Dicho sepulcro fue destruido durante la Guerra Civil Inglesa pero podemos ver cómo era gracias a este dibujo realizado por el artista William Sedgwick.
Sepulcro de bronce de Leonor de Castilla (1241-1290), reina de Inglaterra e hija de Fernando III de Castilla y de León y de Juana de Ponthieu, en la abadía de Westminster.
Se sabe que Eduardo I de Inglaterra fue un ferviente devoto de santo Tomás de Canterbury, suponemos que su esposa Leonor de Castilla también, y, según una investigación llevada a cabo por Paul Medforth y Ros Ibbison, fue el más que probable promotor de la construcción de una armadura de madera en la sala capitular de la catedral de York, una techumbre que estuvo decorada con veinticuatro chovas piquirrojas hasta su restauración, llevada a cabo a finales del siglo XVIII. Así las cosas, tendríamos a Berenguela ordenando la construcción de una techumbre decorada con chovas piquirrojas en Salamanca y al rey de Inglaterra encargando otra decorada con la misma ave en York y en fechas coincidentes con la muerte de su primera esposa, Leonor, la nieta de la que fuera reina madre en Castilla y en León. Muy interesante...
Dibujo de Joseph Halfpenny (1748-1811) de la armadura de madera en forma de cúpula que se cree que mandó construir hacia 1290 el rey Eduardo I de Inglaterra en la sala capitular de la catedral de York.
Detalle del dibujo anterior en el que se pueden apreciar las chovas piquirrojas que, agrupadas de tres en tres, suman veinticuatro.
Los investigadores independientes Paul Medforth y Ros Ibbison han reconstruido digitalmente la decoración original de la cúpula de la sala capitular de la catedral de York. Han utilizado para ello testimonios escritos y grabados en los que se registra la representación en esta techumbre de veinticuatro córvidos con el pico y las patas de color rojo.