lunes, 1 de mayo de 2023

Leonor de Aquitania y el Camino de las Estrellas

Al final de la entrada titulada "La dolorosa pérdida del condado de Poitou" hicimos referencia al emblema del arrocabe trasero que representa a Leonor de Aquitania como reina por medio de una gran flor de lis de oro en campo de gules acompañada de dos estrellas de ocho puntas. Tras descartar otras opciones interpretativas, tales como el carbunclo del condado de Anjou o la estrella del sello de Ricardo Corazón de León, consideramos que lo más factible es que las estrellas hagan referencia a la relevancia que para la familia Plantagenet-Aquitania tuvo el Camino de Santiago. De esta forma tendría sentido que Berenguela considerara a su abuela como la reina del Camino de las Estrellas, precursor del Camino Francés, que en su origen medieval era conocido como Vía Aquitania.


El hecho es que la Vía Aquitania permitía, pasando por territorios dominados o influidos por los Plantagnet-Aquitania, unir los dos Finisterres continentales europeos, el del reino de León y el del ducado de Bretaña, ubicado este último además en una provincia llamada Pays de León. Partiendo del ducado de
 Bretaña se pasaba por el ducado de Poitou, por el condado de Angulema, por el ducado de Aquitania, por el condado de Gascuña, por el reino de Navarra y por el reino de Castilla. Para completar la Vía Aquitania únicamente quedaba atravesar el reino de León y llegar a Compostela, y esto es precisamente lo que representa la triada de emblemas colocados en el centro del arrocabe trasero: la entrega póstuma del reino de León a Leonor de Aquitania para así completar el camino que llevaba de Finisterre a Finisterre.







De arriba a abajo la representación en el arrocabe trasero de los territorios de Bretaña, Poitou, Angulema, Aquitania, Gascuña y Navarra. Gracias a la posesión de algunos de estos territorios, a la influencia sobre otros y a la presencia de Berenguela como reina en Castilla y en León la familia Plantagenet-Aquitania extendía sus dominios del Finisterre del Pays de León bretón al Finisterre gallego del reino de León. 

No vamos a negar que, probablemente, el objetivo principal era conectar por tierra los territorios propios, sin embargo, hay otras circunstancias históricas que apoyan la existencia de ese ansia de control de la Vía Aquitania por parte de la familia Plantagenet-Aquitania. El caso más revelador es el de las arras que Alfonso VIII entregó por su matrimonio con Leonor Plantagenet: más de treinta castillos y lugares, todos ellos situados en el Camino de Santiago. Años después, estas mismas propiedades pasarían a manos de Berenguela como dote de su matrimonio con Alfonso IX León, lo que se hizo por expreso deseo de su madre.

Recordemos también que Leonor Plantagenet promovió y que su hija Berenguela terminó la construcción del Monasterio de Santa María La Real de Las Huelgas y el Hospital del Rey, originalmente de la Reina, en Burgos, en pleno Camino de Santiago, y ambos bajo el mando de una abadesa con tanto poder que únicamente rendía cuentas al papa. En el monasterio, pensado como panteón familiar y en que el reposan madre e hija, se construyó también una capilla dedicada al Apóstol Santiago, cuya techumbre mudéjar se decoró con estrellas de ocho puntas. Cuenta la capilla con una imagen sedente de brazo articulado, conocido popularmente como Santiago del Espaldarazo, pensada para que, en las ceremonias en las que se armaba caballero a los reyes de Castilla, fuera el Apóstol quien hiciera las veces de armador. Allí se nombraron caballeros a Fernando III y a Alfonso X, hijo y nieto de Berenguela respectivamente.

Sin duda, el Camino de Santiago, siendo una ruta recorrida por muchos nobles, generaba riqueza económica y su control en un amplio recorrido era fundamental para el funcionamiento del sistema de credenciales que estableció la Orden del Temple para evitar viajar con dinero. Tal vez esto es lo que tenía en mente Leonor de Aquitania cuando concertó el matrimonio de su hija Leonor Plantagenet con Alfonso VIII de Castilla, el reino que contaba con el mayor tramo de Camino atravesando su territorio. En este sentido cabe recordar que la familia Plantagenet-Aquitania fue una fiel promotora del Temple y que Ricardo Corazón de León fue sepultado con hábito templario.

Pero al margen de estas cuestiones económicas, todo apunta a que había también razones sentimentales y religiosas en la intención de mantener el Camino en el área de influencia de la familia. El ejemplo más claro tal vez sea el empecinamiento en mantener la Gascuña. Ya hemos contado en una entrada anterior que, cuando se produjo el enlace entre Ricardo Corazón de León y Berenguela de Navarra, la familia aquitana se desprendió de la parte más conflictiva de la Gascuña, pero se reservó para sí el considerado como punto de partida de la Vía Aquitania, el castillo de la localidad de San Juan a Pie de Puerto. Pero, cuando al fallecer la matriarca, Castilla adquirió la posesión de la Gascuña (dote de Leonor Plantagenet en su enlace con Alfonso VIII) cuentan los cronistas que el monarca pronto se dio cuenta de que era más útil “arar una piedra” que invertir recursos en aquel estéril condado de hostiles habitantes [1]. De hecho, se ha llegado a documentar que fueron las razones sentimentales de su esposa, Leonor Plantagenet, la causa de que el rey castellano se empeñara en mantener el control de ese territorio. Tanto es así que cuando, fallecido Ricardo Corazón de León, las relaciones con Navarra se complicaron, Alfonso VIII luchó para recuperar el territorio de las actuales provincias vascas extendiéndose en su conquista más allá del río Urumea y llegando hasta el Bidasoa. Consiguió así algo de territorio adicional a lo que un día había sido suyo, pero estratégicamente fundamental ya que permitía conectar Castilla con Gascuña y abrir una Vía Aquitana alternativa por territorios de su propiedad. Esta ruta sería potenciada después por sus descendientes [2].


Vía Aquitania, el Camino de Santiago primigenio. En este plano se puede ver como Alfonso VIII desvió la Vía para que pasara por sus dominios, los de su esposa, Leonor Plantagenet, hija de Leonor de Aquitania. 

La prueba de que todos estos esfuerzos eran más de cariz sentimental que económico es que, fallecidas Leonor Plantagenet y Berenguela de León y de Castilla, a la primera de cambio, Alfonso X, tataranieto de Leonor de Aquitania, entregó Gascuña a Inglaterra. Lo hizo en 1254 como parte de la dote del enlace entre su hermanastra, Leonor de Castilla (1241-1290), y el futuro Eduardo I de Inglaterra (1239-1307).


Santiago del Espaldarazo (siglo XIV). Con una escultura anterior a ésta fueron armados caballeros en Las Huelgas Fernando III, Alfonso X y el príncipe Eduardo de Inglaterra que, ironías del destino, con el "espaldarazo" del Apóstol se llevó de vuelta el problemático condado de la Gascuña, que en 1254 solamente suponía un problema para Castilla. 

Y entre todos estos indicios de la relevancia que tenía el Camino para el clan Plantagenet-Aquitania hay uno especialmente significativo: que el padre de Leonor de Aquitania, Guillermo X, pueda estar enterrado en la catedral de Santiago. Lo que hoy es duda no debió de serlo hace ocho siglos para los descendientes inmediatos del Duque de Aquitania. Si esto fuera así, cobraría mucho más significado que Berenguela quisiera representar la entrega póstuma del reino de León a su abuela Leonor de Aquitania en el centro del arrocabe trasero de nuestra techumbre. Sería el resultado de una especie de misión familiar: que el camino hasta la tumba de su abuelo pudiera hacerse por territorios del "imperio aquitano". En este sentido, la Concordia de Benavente en 1230 suponía el final de su peregrinaje familiar: Compostela, por fin, era suyo.


Guillermo X de Aquitania en su lecho de muerte, tras haber perdido la consciencia durante la misa de Viernes Santo del año 1137 en la catedral de Santiago de Compostela.

Así las cosas sería imposible terminar esta entrada sin hacer referencia al Romance de don Gaiferos de Mormaltán y a la identificación que tradicionalmente se ha hecho de su protagonista con el duque Guillermo X de Aquitania. Los últimos estudios [3] afirman que hay base suficiente para pensar que la figura del Duque inspiró este poema en el que se narra la muerte y el posterior sepelio de un peregrino. Además se cree también que fue el mismo Guillermo el que se inventó el seudónimo Gaiferos de Mormaltán con la intención de pasar inadvertido durante su peregrinaje, escondiéndose del mismo modo que, utilizando códigos del amor cortés, se camufla su bisnieta en la techumbre de Santa Clara de Salamanca. Ambos, duque y bisnieta, juegan con la Historia y con los que tratan de desentrañarla. 


I onde vai aquil romeiro, meu romeiro a donde irá,
camiño de Compostela, non sei se alí chegará.
Os pés leva cheos de sangue, xa non pode máis andar,
malpocado, probe vello, non sei se alí chegará.
Ten longas e brancas barbas, ollos de doce mirar,
ollos gazos leonados, verdes como a auga do mar.
–I onde ides meu romeiro, onde queredes chegar?
Camiño de Compostela donde teño o meu fogar.


[1]  Martínez. H. S. (2012). Berenguela la Grande y su época (1180-1246). Madrid, Polifemo. Págs. 57-58.

[2] Varios (2021). La calzada vía Aquitania. (tramo castellano Burgos – Palencia). Burgos. Asociación de Amigos del Camino de Santiago Vía Aquitania (Sasamón, Burgos).

[3] Anguita Jaén, J.M. (2021) Gaiferos De Mormaltán y el Duque Guillermo X de Aquitania: entre Jofre de Monmouth y Manuel Murguía. Cuadernos de Estudios Gallegos, LXVIII Núm. 134 (enero-diciembre 2021), págs. 91-123.

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