Llegamos, por fin, a la triada de emblemas que ocupa la posición central en arrocabe trasero de la techumbre, que por fuerza no es casual e indica su importancia dentro del conjunto iconográfico. En ella el primer cambio reseñable es que el cuartelado de leones y castillos se ha convertido en cuartelado de flores de lis y leones púrpura en campo de plata, es decir, no hay duda de que éstos últimos representan al reino de León. En el emblema central vemos un escudo que contiene en campo de gules una banda de oro con una flor de lis del mismo metal a cada lado. Por último, acompaña a la izquierda un emblema verado en tonos enlutados, aparentemente combinando oro y gules.
Reconstrucción de los emblemas por José Moreiro Píriz.
Al la derecha vemos un cuartelado de Fernando III que ha perdido los castillos, que se han visto sustituidos por flores de lis, y sólo presenta los leones, como si fuera una señal indicativa de que en presencia de sus abuelos, los reyes de Castilla, no procede que él ostente sus armas, pero, al mismo tiempo, haciendo hincapié en la realeza leonesa, como si se quisiera ofrecer en tributo a los monarcas fallecidos la recuperación para la familia Castilla-Plantagenet del trono de León en 1230. Nótese cómo, una vez más, la realeza leonesa está representada por la conjunción de la flor de lis y el león. Además, esta triada de emblemas es una especie de intersección que podría pertenecer tanto al arrocabe trasero como a los cuadrales y arrocabes laterales, haciendo así partícipe al matrimonio Castilla-Plantagenet de la partida por la sucesión que se juega en los cuadrales, de la recuperación del reino de León y de su anexión al imperio familiar.
Así las cosas, ¿a quién representa el emblema verado que se sitúa a la izquierda del principal? Por interpretación conjunta con la aparición de este mismo emblema en la tabica superior del primer tramo derecho del arrocabe, nosotros nos inclinamos a pensar que se trata de la representación de la reina Berenguela, hija primogénita de Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet, que en presencia de sus padres prefiere representarse como una protegida suya, bajo su manto, como lo que era cuando éstos fallecieron con apenas tres semanas de diferencia en el año 1214. Sin embargo, también podría tratarse del infante Alfonso, futuro X de su nombre, protegido castellano y sin herencia en Castilla en ese momento, dado que su abuela conservaba los derechos legítimos sobre dicho reino. De ser así, en el arrocabe trasero estarían custodiando a los monarcas castellanos Alfonso VIII y Leonor Plantagenet su hijo Fernando III y su nieto Alfonso X, lo que convertiría esta triada de emblemas en una especie de Árbol de Jesé castellano, en lo que sería un alarde de la legitimidad por parte de sus herederos.
Ahora que llegamos al final de este apartado, en este recorrido que hemos realizado por los territorios de influencia de la familia Castilla-Plantagenet, el lector habrá observado que, casualidad o no, estos aparecen ordenados geográficamente de derecha a izquierda, permitiendo recorrer a través de territorios propios todo el camino que va de Canterbury a Santiago de Compostela. Ya dijimos que podría tratarse de una casualidad, pero, dado que el culmen de ese recorrido se produce con la adición del reino León a esos territorios y hay sobradas pruebas de la importancia del camino compostelano para la familia Castilla-Plantagenet, vamos a dedicar la siguiente entrada a este asunto.