Hablaremos en ésta y en la próxima entrada de los dos tramos de cuadral en los que se representan las dos líneas sucesorias que se disputaron la herencia del trono de
León durante los años siguientes a 1214. De este modo, el cuadral izquierdo se reserva para la línea sucesoria castellana. En línea con los otros tres tramos de cuadral, aparecen dos escudos cuartelados de Castilla y León, uno en cruz, el emblema de Fernando III, y otro en aspa, el de la reina madre, Berenguela. Por lo tanto, el resto de emblemas que decoran este cuadral son:
- Uno, prácticamente borrado, que contiene cinco piñas de pino piñonero pintadas en color púrpura con una bordura ajedrezada de oro y gules (rojo). Con este emblema se representa a los hijos habidos por Alfonso IX en sus dos matrimonios -uno con Teresa de Portugal y otro con Berenguela de Castilla- reivindicándolos, a pesar de las sentencias de anulación, como legítimos.
Emblema de piñas en sotuer muy deteriorado, aunque tenemos la suerte de que su reflejo se conserve en perfecto estado en el cuadral derecho.
Cinco piñas púrpura colocadas en sotuer sobre un campo de plata en el cuadral derecho. Los colores de la piñas y el campo son los del emblema del rey de León ya que se está representando a su descendencia. La bordura jaquelada significa que está en juego quén va a ser la madre del próximo rey de León, Teresa de Portugal o Berenguela de Castilla. Reconstrucción del emblema por José Moreiro Píriz.
En cuanto a los elementos elegidos para diseñar este emblema debemos hacer dos consideraciones:
1. Se escogen las piñas con el
color púrpura del león del reino como símbolo de la fertilidad de la reina y de la descendencia de la pareja real. De cada piña pueden nacer nuevas líneas de
sucesión gracias a las numerosas semillas que contiene cada una de ellas. Ya en el siglo XII, en una miniatura conservada en el monasterio de Toxocoutos (Galicia), se representa a Teresa de León entre su hija Urraca Enríquez y su prometido. En dicha ilustración la novia porta el típico cetro rematado en una flor de lis, aunque en esta ocasión se inscribe una piña, el símbolo de la fertilidad y de los hijos e hijas que engendrará. Siglos después, la reina Catalina de Lancaster convertiría
la piña, con la misma carga simbólica, en emblema de su reinado.
Piña dorada en losange sostenida por dos grifos. La piña del pino piñonero fue el emblema del reinado en Castilla de Catalina de Lancaster (1373-1418), de origen inglés al igual que Berenguela. Dintel de
la puerta que comunica la capilla mayor (lado de la epístola) con la capilla
lateral izquierda. Monasterio de Santa María la Real de Nieva (Segovia).
Urraca Enríquez, tía de Urraca de Portugal, monarca ésta última que fue la abuela de los hijos de Teresa de Portugal y de Berenguela de Castilla, representada con un cetro flordelisado con una piña de pino piñonero inscrita en el mismo. La manera de representar los carpelos de la piñas es idéntica en esta miniatura y en el emblema que podemos ver en los dos cuadrales de la techumbre.
Capitel decorado con piñas de pino piñonero en el panteón de los reyes de la colegiata de San Isidoro de León. Las piñas, colocadas en un espacio funerario, simbolizan la esperanza de que la dinastía continúe a través de los infantes y las infantas, que son los piñones que contiene la piña, fruto duradero que representa la estirpe real que se perpetúa en el tiempo. Una vez casada con Alfonso IX y convertida así en reina de León, Berenguela visitaría este lugar y quedaría profundamente impresionada ya que ella era bisnieta de Alfonso VII, el Emperador, el monarca del reino leonés que repartió sus dominios entre sus dos hijos, naciendo así el reino de Castilla en 1157.
2. Por lo que se refiere a la bordura, conviene remitirse de nuevo al origen de la Heráldica, cuando se eligió el diseño jaquelado o escaqueado para representar el ajedrez, juego en el que se enfrentan piezas de dos colores sobre un tablero dividido en escaques. De este modo, ésta es una bordura que está por decidir a la espera del resultado de la partida, dado que en las piñas del emblema hay dos líneas de
sucesión diferentes, la de Teresa de Portugal y la de Berenguela de Castilla, y
ambas aspiraban a reinar en León.
Miniatura del Libro de los juegos de Alfonso X el Sabio que representa a un judío y a un musulmán jugando al ajedrez. La pasión por este juego se había extendido por la práctica totalidad del continente europeo hacia el siglo XII. Su dimensión pronto traspasó las fronteras lúdicas para ser considerado un arte imprescindible en la formación de todo caballero. - El futuro rey de León, el infante Fernando "El Castellano", representado mediante un emblema en losange con un león púrpura en campo de
plata (blanco), al que se ha añadido una bordura de gules (rojo) cargada de castillos.
De este modo se representa que en este cuadral ganaría la partida por el trono leonés la línea de descendencia castellana, y de ahí la bordura cargada de castillos, la que el infante Fernando, considerado aquí hijo legítimo del rey de León, podía lucir por parte de su madre, Berenguela de Castilla.
- Por último, cabe resaltar que el espacio del travesaño más cercano al lateral de la iglesia está vacío, ocupado por una especie de espiral dorada. Veremos cómo al otro lado del arrocabe este mismo espacio, aun reducido como es, está ocupado por un emblema cuartelado de Berenguela. Por lo tanto, se nos puede querer decir con este vacío que, en este lado izquierdo, ninguno de los hijos de Alfonso IX tenidos con Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla, representados por las piñas, tiene una madre canónicamente casada con el rey de León.